viernes, 29 de junio de 2018

El cambio paradigmático en Educación y sus consecuencias en al aprendizaje





EL CAMBIO 

PARADIGMÁTICO 

EN EDUCACIÓN Y SUS 

CONSECUENCIAS 

EN EL APRENDIZAJE

Por Dr. Victor Mariano Burgos Valdez.
Docente de la cátedra de investigación y matemática.

Abordar el aprendizaje, y de manera especial en matemática, nos lleva a caracterizar la problemática dentro de otros problemas más grandes. Si bien el aprendizaje, que es el centro de la acción educativa, está afectado desde diversos frentes como el político, social, económico, cultural, pedagógico, personal, entre otros, para el presente análisis lo abordamos y acotamos desde aspectos muy puntuales y cercanos a la escuela y al quehacer del docente.

Partimos de la siguiente pregunta: ¿Cómo se viene abordando, desde el ámbito metodológico, el aprendizaje en matemática, en la educación peruana? Consideramos que  todavía se priorizan las metodologías expositivas en las diferentes actividades de enseñanza aprendizaje, a pesar de tener un nuevo enfoque que se ha venido implementando desde hace dos décadas. El nuevo enfoque que guía el quehacer del aprendizaje es el de competencias, y en el área de matemática, de resolución de problemas. Desde esta nueva perspectiva se busca que el estudiante sea el centro del aprendizaje; se busca desarrollar en él competencias y capacidades, acercándose a la realidad,  donde los conocimientos  no sean el objetivo principal, sino el medio para lograr dicho desarrollo: Esto implica que las metodologías expositivas dejen de tener protagonismo para dar pie a las metodologías  que involucren de manera activa al estudiante. Pero ¿por qué todavía el aprendizaje está centrado en el conocimiento como actividad principal? ¿por qué las metodologías activas no es la actividad recurrente de los docentes? A continuación, esbozamos algunas premisas que ayudan a entender las prácticas presentes en nuestra educación peruana. 

Nuestra primera premisa, que sirve de marco para entender los acontecimientos que se dan en la escuela, es que ella no está respondiendo con la misma rapidez y velocidad que exige la actual sociedad globalizada. La tecnología, el conocimiento, por citar dos ejemplos, tienen un cambio constante y vertiginoso, que hoy se afirma de la caducidad, cada vez más corta en el tiempo, del conocimiento y de la obsolescencia de los artefactos tecnológicos. La escuela tradicional preparada para atender a las sociedades agrarias e industrializadas de los siglos pasados no ha modificado en esencia sus principios y estructuras: la atención en serie, la masificación en aulas, las metodologías expositivas, la centralización en el conocimiento, la falta de preparación para desarrollarse en situaciones de incertidumbre, son algunas de las formas de entender y de reproducirse todavía en la escuela de hoy.

Los cambios económicos, sociales, políticos que se dan en las grandes sociedades industrializadas no permiten que nuestra educación, en especial de los países en vía de desarrollo como el nuestro, puedan siquiera acercarse a esta forma de desarrollo; generándose un desface permanente. Coombs (1985) en su libro: Crisis mundial de la educación, reafirma esta idea al considerar que “la crisis educativa mundial es, en esencia, una crisis de creciente desadaptación entre los sistemas educativos heredados y el mundo rápidamente cambiante de nuestro alrededor”. ¿Qué hacer frente a ello? Trahtemberg (2000), afirma que, el Perú tiene que reinventar creativamente sus propuestas educativas porque no tenemos el tiempo y el dinero para recorrer el mismo camino que otros países recorrieron para desarrollar su educación. Debemos inventar las recetas educacionales novedosas, concebir cruces de caminos originales que permitan saltar etapas, colocar los escasos recursos en proyectos con enorme efecto multiplicador y utilizar tecnologías que tengan gran cobertura y que potencien las limitadas capacidades docentes que exhiben la mayoría de los profesores peruanos. Este es el reto para el inicio del siglo XXI. (p. 1)

La matemática que se desarrolla en la educación básica, si bien es cierto no ha cambiado mucho desde las primeras civilizaciones, a diferencia de otras áreas, pero hoy es confrontada con la tecnología; las calculadoras, softwares, aplicaciones, paquetes, entre otros han desplazado la necesidad de archivar la información en el cerebro. La pregunta que surge es ¿para qué sirve invertir mucho tiempo en aprender algoritmos aislados si hoy bien se puede hacer con una rapidez y precisión usando la tecnología? Por ejemplo, con la aplicación del photomath que se descarga en celulares solo tienes que apuntar la cámara a un problema matemático y este programa muestra el resultado con una explicación detallada paso a paso. Este programa desarrolla ejercicios de aritmética, números enteros, fracciones, números decimales, raíces, expresiones algebraicas, ecuaciones/inecuaciones lineales, de segundo grado y con valores absolutos, sistemas de ecuaciones, logaritmos, trigonometría, funciones exponenciales y logarítmicas, derivadas e integrales.

Así mismo, hay otros programas o software que se pueden descargar a una computadora como el algebrator, para desarrollar problemas de algebra a nivel básico y superior, convirtiéndose en tutorial por cuanto presenta el desarrollo de un ejercicio de manera secuencializada; en el área de geometría, por ejemplo, tenemos al geogebra que construye y desarrolla todo tipo de problemas geométricos en dos y tres dimensiones, además es un software interactivo y libre. Para el desarrollo de estadística tenemos Excel que tiene herramientas para el análisis de datos y hojas de cálculo para administrar grandes volúmenes de información. Y si se quiere softwares más especializados, como por ejemplo para el área de investigación, tenemos al SPSS, que es el acrónimo de Statistical Package for the Social Sciences (Paquete estadístico para ciencias sociales), entre otros.

Por otro lado, están las calculadoras científicas que son sencillas de portar y de bajo costo, desde las más básicas como la Casio FX-82MS hasta las más sofisticada como la classpad. Para un estudiante de secundaria le basta y le sobra una calculadora científica básica para desarrollar los ejercicios más complicados; pero ¿cuántos de los estudiantes saben usarlo?, ¿Cuántos saben programarlo, Como por ejemplo para obtener números aleatorios enteros?  Esto nos lleva a preguntarnos ¿se debe seguir enseñando los mismos conocimientos y con las mismas formas que se enseñaron años atrás? La respuesta categórica es no; pero ¿por qué se sigue enseñando de la misma forma y bajo los mismos principios de la escuela tradicional? Las respuestas pueden estar ancladas desde índole político, económico, pedagógico, entre otros.

Debo dejar zanjado y en esto concordamos con lo que dice Balbuena (2017) que no se trata de dejar de impartir conocimientos matemáticos más o menos enciclopédicos, pero el énfasis ahora debe estar en
“desarrollar el pensamiento matemático, es decir, las formas que desde las matemáticas se afronta la resolución de problemas. Y eso porque en casi todas las situaciones que se presentan en nuestra vida cotidiana aparecen problemas de índole muy diverso a cuya solución llegaríamos con más posibilidades de éxito si tenemos desarrolladas nuestras capacidades matemáticas, independientemente de que nuestro nivel de conocimientos sea o no elevado”. (p,1)

Apropiarse de conocimientos y muchos de ellos obsoletos e innecesarios ya no debe ser la razón de la educación. El propósito debe virar hacia otros horizontes como el desarrollo de competencias generales “entendidas como un aprendizaje integral, contextual y que alcance altos niveles de idoneidad” (De Zubiría, 2013, p.2). Desde la matemática se debe buscar desarrollar una matemática relacional que vaya más allá del manejo algorítmico para centrarse en la resolución y propuesta de problemas significativos y contextualizados, mediados por las habilidades lectoras y las tecnologías de información, que dejan una impronta y potencializan las habilidades de matematización, de manejo de estrategias, de procesamiento, interpretación, argumentación, entre otras.

Para esbozar una respuesta desde el ámbito pedagógico a la pregunta anterior, planteamos nuestra segunda premisa: El cambio de paradigma en la educación ha generado controversia en los diferentes actores educativos y de la sociedad. Pasar de una educación planteada por objetivos a una educación por competencias; de una educación centrada en los conocimientos a una educación enfocada a desarrollar competencias y capacidades; de una educación centrada en el docente a una educación afirmada en el estudiante, genera muchos desafíos en todos los actores. No basta saber desde la teoría, requiere, de todos los actores, salir de sus concepciones preestablecidas para entrar a probar algo distinto; esto significa dejar viejos principios para incorporar otros nuevos como, por ejemplo: el conocimiento ya no es el centro del aprendizaje si no el desarrollo de habilidades, capacidades en contextos reales, mediados por los conocimientos. Las áreas o disciplinas ya no pueden concebirse como entes independientes o aisladas del currículo; desde la matemática se tiene que trabajar una matemática relacional, holística; se tiene que pasar de las aulas cerradas a la docencia compartida y a las comunidades de aprendizaje. Por parte del docente debe buscar metodologías activas que combinen el conocimiento, la práctica, los intereses del estudiante y las tecnologías de la información.

De igual modo, es necesario que las instituciones educativas partan desde las perspectivas y creencias de los docentes y puedan darle sostenibilidad en el tiempo al nuevo paradigma, legitimando acciones que promuevan las buenas prácticas educativas, dentro de un trabajo en equipo con una mirada retrospectiva y prospectiva de sus avances, guiados por la investigación educativa de sus propias prácticas docentes. Esto permitiría a la institución posicionarse ideológicamente y académicamente dentro de la sociedad, a través de la puesta en marcha de un proyecto educativo.
No basta solo un cambio en el campo pedagógico, se requiere también que estas nuevas formas de mirar la educación vayan acompañadas del apoyo logístico. Por ejemplo, el excesivo número de estudiantes por maestro obliga a éste a seguir manteniendo metodologías tradicionales como forma de desarrollar el aprendizaje.

Otro de los principios en este cambio paradigmático es dejar de privilegiar la abundancia de contenidos curriculares por la profundidad de ellos y la relación con la realidad. Desde hace más de tres décadas, Qualding (1982) señala que en un aula de 30 o 40 niños, cuando tengan que optar por una carrera profesional no todos usaran la matemática con la misma profundidad y amplitud, por lo cual se pregunta: ¿se debe enseñar todas las disciplinas de la matemática o bien se debe limitar a temas generales con lo cual muchos de los estudiantes necesitarán familiarizarse?

Hay muchos contenidos desactualizados y superados por la tecnología; debería revisarse la incorporación de otros conocimientos más a la par con las necesidades actuales como por ejemplo el estudio de la teoría de los grafos. En cuanto al conocimiento debemos dejar de darle el valor de cambio por una nota al valor de uso en situaciones concretas.

A raíz de esta controversia entre las ideas centrales entre cada paradigma, añadido la zona de confort que implica mantenerse en lo que se sabe y se está posicionado, para salir a experimentar nuevas ideas, se genera un desfase entre el currículo intencional, el que se ejecuta y el que se evalúa. Esta es nuestra tercera premisa.

El currículo intencional que son los documentos que guían las metas del aprendizaje y está conformado por el currículo normativo, emanado del MINEDU; el operativo el que realiza la institución, en base al anterior, como el proyecto educativo institucional, el proyecto curricular de la institución educativa, la programación anual y la programación a corto plazo; y el currículo que se evalúa, no siempre están en la misma línea. En el papel puede haber trazabilidad pero a la hora que se ejecuta cada cual desarrolla desde lo que cree, conoce y puede.

Las causas pueden ser diversas, como el cambio paradigmático que se está viviendo, el excesivo número de estudiantes por docente, la falta de espacios para el debate curricular. En este último punto, por falta de interés de las autoridades y la desidia de los actores educativos, en muchos de los casos, el papel que cumple el docente es de tramitador de documentos. Esto conlleva que el proceso de cambio sea más lento y de forma acrítica; que cada docente plantee sus propias concepciones y las ejecute como mejor crea pertinente. Se necesitan implementar y ejecutar proyectos curriculares que se validen en el tiempo a través de un seguimiento y evaluación, mediados por los principios de la investigación.

Si bien es cierto que el aspecto curricular no tiene un impacto en el aprendizaje de manera directa como sí lo tiene el estudiante y el docente, así lo considera (Tokuhama, 2014), nosotros consideramos que si queremos aportar de manera más efectiva en la sociedad a través de la educación, se deben plantear currículos que no sean camisas de fuerza, muy por el contrario deben ser estructuras abiertas que combinen lo predecible con lo impredecible; lo que plantea la escuela y lo que quiere el estudiante; que los proyectos de investigación sean los motores del aprendizaje  y de los cambios educacionales, donde se manifieste la interdisciplinariedad.

Referencia bibliográfica

Balbuena, L. (16 de abril del 2017). Unas matemáticas para el siglo XXI. La opinión de Tenerife. Recuperado de http://www.laopinion.es/opinion/2017/04/16/matematicas-siglo-xxi/767213.html
De Zubiría, J. (2013, julio). El maestro y los desafíos a la educación en el siglo XXI. REDIPE. Red Iberoamericana de Pedagogía. Recuperado de http://portal.uasb.edu.ec/UserFiles/385/File/redipe_De%20Zubiria.pdf
Qualding, D. (1982). Importancia de las matemáticas. Revista trimestral de educación. Vol XII, n° 4. UNESCO. Recuperado de: http://unesdoc.unesco.org/images/0005/000524/052474so.pdf
Tokuhama, T. (2014). Improving the classrooms: 50 applications science practices of Mind, Brain and Education. New York United States of America. First Edition. Norton &Company.

Trahtemberg, L. (2000). Evolución de la educación peruana en el siglo XX. Lima Perú. Recuperado de  http://www.trahtemberg.com/ articulos/1169-evolucion-de-la-educacion-peruana-en-el-siglo.



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